Domingo 18 de julio de 2010, por El Efecto Verdolaga (actualizado el 18 de julio de 2010)
18.07.10 - 00:18 - MARÍA GARCÍA CLEMENTE | ALBACETE.
Noticia tomada de aquí
La festividad ha perdido todas las subvenciones y ayudas con las que contaba, a excepción de la de la Junta
JESÚS TEJAS ORGANIZADOR DE ’LA CHICHARRA’
«Nos podía salir mal igual que nos ha salido bien. Lo importante es que a la gente le ha gustado»
Si alguien ha llegado a Motilleja para desconectar del ajetreo de la ciudad este fin de semana, se ha equivocado de pleno de fecha. Desde la medianoche del viernes hasta el medio día de hoy, la localidad se sumerge en ajetreo, ruido y música. Casi 48 horas de instrumentos y canciones sin parar. ’La Chicharra’ ha abierto sus puertas un año más para delicia de las agrupaciones de música tradicional. Rondas, cuadrillas y pandas de todo el país han tomado las calles de seguidillas, jotas o malagueñas.
Además de la participación albaceteña, que cuenta con grupos de Iniesta, La Roda o Mahora, se han acercado hasta la población agrupaciones de Málaga, Cáceres y Teruel. Más de 500 músicos encuentran un punto de reunión en torno a una fiesta, que cuenta con una importante tradición. Para establecer las bases de ’La Chicharra’, los organizadores trataron de dar un ’armazón’ a los músicos de Motilleja para apoyarlos con otros instrumentistas de la provincia o de las comunidades cercanas. Jesús Tejas, uno de los responsables del festival, explica que «salió bien igual que podía haber salido mal. Lo importante es que a la gente le ha gustado: de 300 personas que acudieron a Motilleja en el año 2009 se ha pasado a 2.500 que asistieron el año pasado».
Ya no solamente era la fiesta del pueblo, sino que ’La Chicharra’ atraía a gente de todas partes, con las mismas ganas de divertirse y pasarlo bien.
El Efecto Verdolaga, de Cáceres, una de las rondas que participaron ayer en la jornada de ’La Chicharra’. foto: JOSÉ MIGUEL ESPARCIA
Superar la crisis
Aunque sí que ha podido con otros festivales de la provincia, ’La Chicharra’ ha aguantado el envite de la crisis. Aunque este año conseguir el presupuesto ha estado mal, muy mal. Todas las ayudas, exceptuando la de la Diputación de Albacete, han desaparecido, llevándose con ellas los fondos necesarios para la elaboración de los presupuestos. Si no fuera un festival consolidado, habría corrido el mismo destino.
Pero ’La Chicharra’ cuenta ya con una gran tradición entre los grupos de música tradicional, que son los que han empujado para que se realizara. Sirve como ejemplo saber que antes de saber si la festividad se celebraría o no, todas las casas rurales y hoteles de la zona estaban ya completos para este fin de semana. Un aporte extra para el esfuerzo que se necesita para organizar un festival de este calibre.
Pero la falta de subvención ha mermado, aunque sólo en parte, el cartel de 2010 de ’La Chicharra’. En pasadas ediciones, los grupos punteros de la música folk acudían a tocar a Motilleja, pero en esta ocasión será la propia agrupación de musical de la localidad la que hará bailar y disfrutar a los asistentes. También han sufrido la pérdida de las ayudas los diferentes puestos que se montaban en el mercadillo, a los que se les entregaba una pequeña subvención. Este año tendrán que apañarse sin ella, pero además tendrán que lidiar con las maltrechas carteras de los visitantes. Aún así, los habitantes de Motilleja son conscientes de los beneficios que tiene albergar ’La Chicharra’ en su municipio, ya que es una fuente de turismo y vitalidad para un pueblo tan pequeño (apenas sobrepasan los 500 habitantes).
Hoy es el día grande de ’La Chicharra’, el día en el que tiene lugar la batalla de agua. La historia de esta celebración data de muchos años. Puesto que en Motilleja no se disponía de casi agua, cuando la canalización la trajo a la localidad se produjo una batalla entre los vecinos para celebrarlo. Los organizadores de ’La Chicharra’ quisieron incorporar esta parte de la historia de Motilleja a la festividad, porque también supone una venganza contra los músicos. Desde las 00.00 horas del viernes hasta el mediodía del domingo, las calles de la localidad son un hervidero de panderetas, seguidillas, risas y jaleo.
Los vecinos del pueblo se ’vengan’ de las rondas y cuadrillas echándoles agua, mientras que ellos intentan seguir tocando hasta que el agua les puede. Entonces, los músicos paran de hacer sonar sus instrumentos y los rompen contra el suelo. Obviamente, los compran para la ocasión. Quizá los visitantes crean que es una forma un poco ’bestia’ de terminar con la diversión, pero sólo abre paso a ’La Chicharra’ del año que viene.
Esta otra breve está tomada de aquí
¿Por qué el nombre de ’La Chicharra’ para un festival de música tradicional y folk? La respuesta la tiene Jesús Tejas, organizador y participante de la celebración. ’La Chicharra’ se celebra en el mes de julio, con el calor y el sol por encima de las cabezas de los visitantes. «Cuando te alejas de la población, el sonido que llega de la fiesta es muy parecido al de este animal: el tintineo constante de los platillos o las panderetas es igual que el de una chicharra al sol», apunta Tejas. Pero además, los músicos, que proceden de zonas distintas y tocan varios estilos musicales, lo hacen todos juntos, mezclados entre ellos y con muchas ganas de fiesta. El estruendo que se origina ayuda a confundir a ’La Chicharra’ con su tocayo animal. Precisamente, esta mezcla es uno de los atractivos de la fiesta, ya que pocos son los lugares donde se pueden reunir los músicos tradicionales, y menos donde puedan tocar todos juntos.